Todos los días, Livier se levanta a las 5 a. m., prepara su café y de inmediato envía un mensaje grupal cariñoso y alentador a sus 14 hermanos menores que viven en México y Estados Unidos. Ha pasado 32 años viviendo en el Área de la Bahía, lejos de su natal Jalisco, México, pero todavía está conectada con sus raíces.
Mientras saborea un reconfortante café de la olla, Livier comienza a preparar desayunos y empacar almuerzos para sus seis hijos y su esposo. Para ella, preparar la comida a diario y ofrecer comidas caseras a sus hijos combina el propósito de su vida con su naturaleza altruista. Livier y su esposo descubrieron que su pasión por la cocina era solo una parte de la alimentación de su familia. En momentos de necesidad, permitir que otros la cuiden también es un acto de bondad y autocompasión. Comenzó a visitar los sitios de distribución de Second Harvest de Silicon Valley y se llenó de alegría cuando recibió muchas frutas, verduras, granos, lácteos y otros alimentos nutritivos.
Este plato tiene un significado muy especial para mí porque cada vez que lo cocino me recuerda a la cocina de mi mamá. Sólo cocino machaca para ocasiones especiales. Cuando lo hago, hago un lote grande, así puedo congelar un poco y usarlo más tarde para la cena o el desayuno.
Livier se dio cuenta de su pasión por la cocina cuando solo tenía 7 años. Recuerda que con la ayuda de un taburete pudo llegar a la mesada de la cocina, donde pasaba horas viendo a su madre trabajar con ingredientes y utensilios tradicionales mexicanos. Así aprendió a hacer tortillas. También es donde comenzó su viaje culinario, preparando comida para sus 14 hermanos, sus padres y algún invitado ocasional. Desde pequeña, Livier ha sabido que tiene una relación especial con la comida que la hace sentir viva y conectada con sus seres queridos.
Años después y con seis hijos que cuidar, “aprovecho todo lo que recibo en el reparto”, explica Livier.
Este apoyo le ha permitido seguir preparando las comidas que le encantan. Cada mes, cuando recibe comida de la despensa, Livier reflexiona sobre el ciclo de la generosidad; para ella, la buena comida le permite cocinar para su familia a través del acto amoroso de bondad.
Conocimos a Livier en uno de nuestros talleres de nutrición de un mes en una biblioteca local.
“Me gusta ir a los talleres de nutrición que ofrece Second Harvest porque siempre puedo aprender cosas nuevas. Los consejos sobre nutrición se vuelven confusos a veces, así que me gusta que la información que recibo [en los talleres] provenga de una fuente confiable”.
Todos los días, cuando su esposo va a trabajar y sus hijos van a sus actividades, Livier dedica su tiempo a estar activa, a la jardinería y a involucrarse en su comunidad. Estas actividades la recargan para que esté lista para preparar un nuevo festín. Al final del día, cuando todos regresan a casa después de sus apretadas agendas, la familia se reúne alrededor de la mesa, lista para disfrutar de una comida cuidadosamente planeada. La dedicación, la paciencia y la devoción son siempre los ingredientes principales.
“Todos tenemos nuestros propios intereses y propósitos especiales, eso que nos mueve y nos motiva. Para mí, es la capacidad de alimentar a mi familia lo que les permite saber que los amo y me preocupo por ellos. Es fácil para mí lograr esto a través de la comida. Pongo mi corazón y mi alma en cada comida que les preparo, y mi familia lo sabe. Les encanta mi cocina. No hay mejor recompensa para mí que ver su satisfacción mientras saborean los platos que les preparo todos los días”.
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